El arma preferida por Camilo
El lente oportuno de alguna cámara captó en más de una ocasión la imagen de Camilo portando consigo una Thompson, así lo recuerdan los cubanos que siguieron de cerca los días de la Sierra, los llanos del Cauto, la contraofensiva, la invasión y la campaña de Las Villas o los que años más tarde vieron publicadas las fotos donde aparece junto a otros jefes militares, con el arma entre sus manos. Así lo describen varios de los que tuvieron la oportunidad de estar junto a él en la toma de Yaguajay, cuando en el fragor del combate, sumergido en una trinchera hasta el pecho, dispara con la subametralladora y al caer el cuartel un corte de película “descubre” a “Nené” López, el jefe de su escolta, con una Thompson en una de sus manos y en la otra, las armas ocupadas al oficial de la tiranía Abón Lee. ¿La predilección del Comandante por esta arma se mantiene hasta el final?, ¿por qué deja de usarla en momentos importantes de la contienda guerrillera? REMEMBRANZA Orestes Guerra, el campesino oriental que termina las hostilidades con grados de capitán y que acompañó a Camilo en las acciones más significativas de la lucha, asegura que la Thompson estuvo con este en la Sierra Maestra, en 1957, con ella combatió, bajó al llano y cuando Fidel los convoca a enfrentar la ofensiva batistiana a mediados del 58 todavía la usaba. “No obstante, en el primer combate de Santo Domingo decide no utilizarla más, lo había hecho quedar mal en varias oportunidades -dice Orestes-, estábamos emboscados y Camilo, a quien le gustaba tomar la delantera, comienza a disparar, el arma escupió las balas a unos 10 metros de distancia, por suerte Rodolfo Vázquez y yo, que nos encontrábamos a ambos lados, hicimos lo nuestro. Ese día él le dio su Thompson a Félix Duque. “En Bayamo también le falló cuando atacábamos contra una perseguidora -precisa Orestes-, yo le había comentado varias veces que un día lo dejaría embarcado porque a pesar de ser esta un arma buena, se adapta más bien para acciones en la ciudad; ella tiene la dificultad de que si el monte le humedece los cartuchos no hace fuego o lo hace mal”. LA THOMPSON DEL MUSEO Celosamente guardada en una urna de cristal, en la Sala del Museo Nacional que lleva el nombre del Héroe de Yaguajay, con el brillo de fábrica y su estructura intacta, se encuentra una Thompson original utilizada por Camilo en algún momento de su vida. Según Orestes Guerra, la historia de esta arma no tiene que ver con la que llevara el Comandante rebelde en la Sierra; sin embargo, la predilección que siempre sintió el Héroe por ella nadie puede negarla, e incluso después de su desaparición física, entre sus pertenencias se halló un stock de armamentos; que incluía a dos subametralladoras Thompson, una San Cristóbal y un fúsil M-1, entre otros que fueron enviados al Museo de la Revolución. Gerónimo Besánguiz, director del Museo Nacional de Yaguajay en declaraciones para Escambray, dice que una de estas dos Thompson se asigna a esta institución desde su apertura y permaneció expuesta allí por cerca de tres años. “Luego la Dirección Política Central de las Fuerzas Armadas Revolucionarias nos la solicita para usarla como trofeo de la emulación desarrollada entre los Ejércitos existentes en la isla: el de Occidente, el Central y el de Oriente. “En 1999 -precisa Gerónimo- el Ministro de las FAR, el compañero Raúl Castro, plantea que en Cuba los ejércitos tienen que ser iguales sin distinción, y la Thompson deja de cumplir esa función para pasar a integrar los fondos de la Casa Central de la FAR”. Durante todo ese tiempo, en el Museo Nacional, erigido en el mismo escenario donde se desarrolló la importante batalla por la liberación de Yaguajay, en el norte de la provincia, se exhibió una réplica del arma. EL REGRESO A LA URNA Fue aquella mañana sabatina de julio del 2000, desbordada de ardores y sosiegos, plagada de sentimientos, cuando a pocos días de lograr el regreso a la Patria del niño Elián Yaguajay se vistió de gala para desarrollar, en la plaza que lleva el nombre del Comandante rebelde, bajo la mirada firme y la figura esbelta del Guerrillero incansable esculpida por Thelvia Marín, la Tribuna Abierta de la Revolución por la eliminación de la Ley de Ajuste Cubano, contra la agobiante guerra económica y para respaldar y hacer valer los legados del Juramento de Baragúa. Ese día, en visita efectuada al Museo Nacional, el General de Ejército Raúl Castro orienta que la subametralladora depositada en la Casa Central de las FAR sea expuesta nuevamente en esta instalación, donde completará la muestra que guarda más de 1 200 fotos, testimonios únicos de la trayectoria de Camilo desde la niñez, hasta su desaparición física, completada con objetos y documentos que le pertenecieron. Resguardada bajo los cristales de una urna en un extremo de la sala de exposiciones está en reposo la Thompson preferida por Kmilo, todavía con el pavón de nueva y su empuñadura tallada, en su matrícula se lee: automática, calibre 45, modelo de 1921, fabricada en los Estados Unidos. Allí, además de ese pedazo de historia, están atrapados los pasajes más significativos de su vida matizados por estrofas de sus cruciales discursos, una de ellas expresa: “Fui a la Revolución porque sabía, estaba muy consciente de que Cuba necesitaba esa Revolución”. CamiloOtras armas utilizadas por el Comandante Guerrillero se exhiben en distintos recintos culturales del país. -En el Museo General de Yaguajay hay también una carabina San Cristóbal que forma parte del mismo inventario realizado a sus pertenencias tras la desaparición física del Héroe. -Durante la campaña de Las Villas se le ve casi siempre con un fusil M-2. -A la entrada de La Habana, con Fidel, Camilo reaparece con la Thompson y cuando va a Camagüey, en octubre del 59 a los sucesos de Huber Mato, también la lleva consigo. -En el aeropuerto de Trinidad, Perfecto Romero lo retrata junto a Fidel y con un fusil al hombro.
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