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La Espirituana

Juana la heroína de la tierra

Juana la heroína de la tierra

 

Con lágrimas en los ojos se trasladó en el tiempo hasta La Esperanza, el sitio que la vio nacer hace 57 años. En aquel entonces era simplemente Mangui, un apodo que desde niña la acompaña y por el cual muchos la conocen todavía en Guayos, donde vive junto a su familia; pero a partir de ahora la pueden llamar diferente porque Juana María Blanco es la nueva heroína espirituana.

“¿Que cómo me inicié en el trabajo?, yo diría que desde los seis años. Una vez mi padre enfermó y como era la mayor de siete hermanos cogí la guataca y me fui junto a él para el surco”, dice.

“Esos tiempos fueron muy difíciles, papá cuenta que nos querían botar de las tierras y la guardia de Batista lo amenazó para que desbaratara el rancho en el que vivíamos, cuando aquello no había muchas forma de sobrevivir. En época de frío el viejo salía al platanal a cortar hojas para taparnos y nos tiraba el basto del caballo encima por no tener dinero para comprar colchas”.

Sentada sobre un muro cerca de la nave donde procesan el alimento de los animales, en el módulo agropecuario La Pollera de la UBPC Guayos, Juana desanda los pasajes más queridos de su vida.

“Era aún muy joven cuando comencé a trabajar como obrera agrícola en el distrito cañero cerca de La Esperanza, por las noches estudiaba, para alcanzar el sexto grado y me gustaban tanto las clases que hasta tanto abrieron un aula de secundaria hice como tres cursos en el mismo grado, luego llegué hasta el noveno. Yo quería ser maestra, pero en parte ese sueño se hizo realidad, porque dos de mis tres hijos son profesores y el más pequeño sigue mis pasos en el campo.

“He sido testigo de las transformaciones surgidas en la agricultura cañera de esta zona, me gusta lo que hago pero no me detengo nunca y cuando las producciones se vieron limitadas por recursos y otras causas, comencé con las naves de pollos hasta convertirme en la mejor criadora del país, por ese entonces me estimularon con un viaje a la Unión Soviética y Polonia, con un acompañante”.

Desde 1984 esta mujer de pequeña estatura y hablar campechano ha sido seleccionada como Vanguardia Nacional de forma consecutiva, condición que, según refiere, pertenece además a quienes la rodean en la casa o el trabajo, porque en ellos encuentra el apoyo necesario para seguir adelante.

“Aquí somos seis obreros y atendemos todos los animales (cerdos, gallinas, conejos) y sembramos la tierra, unas 20 hectáreas dedicadas al cultivo de malanga, yuca, calabaza, maíz, entre otras variedades”.

En el 2005 este módulo agropecuario reportó a la UBPC más de 170 000 pesos, entre ellos alrededor de 50 000 de utilidades por concepto de entregas de más de 15 toneladas de carne y 1 600 quintales de viandas y hortalizas, estas últimas en su mayoría para los centros educacionales y de la Salud en el municipio.

“¿Cómo hacemos para cuidar todo y sembrar a la vez?, si supieras que lo primero es sentirse dueño de lo que producimos. En más de una ocasión he tenido que prenderme con ladrones para impedir que se lleven lo que con tanto esfuerzo logramos, recuerdo cuando agarré a un hombre con un saco de conejos y con dos piedras lo neutralicé para luego llevarlo hasta la policía; otro me amenazó mientras trataba de robarse un saco de yuca y se lo arrebaté de las manos, porque a nadie le podemos permitir que se favorezca sin sacrificio cuando otros doblamos el lomo en la tierra”.

Modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo, calificativos que aparecen como parte del concepto Revolución, expresado por Fidel en mayo del 2000, pero que bien pudieran utilizarse para definir la personalidad de Juana, la única mujer Heroína del Trabajo de la República de Cuba en Sancti Spíritus.

Sobre esa designación ella comenta: “Sólo en Cuba una  puede alcanzar esta condecoración, no sabes lo que sentí cuando me abrazaban las más altas personalidades del Estado, era algo imposible de creer. En ese instante pensé en mi padre, que con sus 85 años cumplidos continúa atado a la tierra y sigue siendo mi ejemplo.

“Y cuando al finalizar el acto nacional por el Primero de Mayo los periodistas extranjeros me abordaron  con varias preguntas les contesté: esto es posible porque tenemos una Revolución que reconoce el esfuerzo de todos, se lo dice una guajira que lo único que ha hecho en su vida es trabajar”.

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