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La Espirituana

Las féminas

Juana la heroína de la tierra

Juana la heroína de la tierra

 

Con lágrimas en los ojos se trasladó en el tiempo hasta La Esperanza, el sitio que la vio nacer hace 57 años. En aquel entonces era simplemente Mangui, un apodo que desde niña la acompaña y por el cual muchos la conocen todavía en Guayos, donde vive junto a su familia; pero a partir de ahora la pueden llamar diferente porque Juana María Blanco es la nueva heroína espirituana.

“¿Que cómo me inicié en el trabajo?, yo diría que desde los seis años. Una vez mi padre enfermó y como era la mayor de siete hermanos cogí la guataca y me fui junto a él para el surco”, dice.

“Esos tiempos fueron muy difíciles, papá cuenta que nos querían botar de las tierras y la guardia de Batista lo amenazó para que desbaratara el rancho en el que vivíamos, cuando aquello no había muchas forma de sobrevivir. En época de frío el viejo salía al platanal a cortar hojas para taparnos y nos tiraba el basto del caballo encima por no tener dinero para comprar colchas”.

Sentada sobre un muro cerca de la nave donde procesan el alimento de los animales, en el módulo agropecuario La Pollera de la UBPC Guayos, Juana desanda los pasajes más queridos de su vida.

“Era aún muy joven cuando comencé a trabajar como obrera agrícola en el distrito cañero cerca de La Esperanza, por las noches estudiaba, para alcanzar el sexto grado y me gustaban tanto las clases que hasta tanto abrieron un aula de secundaria hice como tres cursos en el mismo grado, luego llegué hasta el noveno. Yo quería ser maestra, pero en parte ese sueño se hizo realidad, porque dos de mis tres hijos son profesores y el más pequeño sigue mis pasos en el campo.

“He sido testigo de las transformaciones surgidas en la agricultura cañera de esta zona, me gusta lo que hago pero no me detengo nunca y cuando las producciones se vieron limitadas por recursos y otras causas, comencé con las naves de pollos hasta convertirme en la mejor criadora del país, por ese entonces me estimularon con un viaje a la Unión Soviética y Polonia, con un acompañante”.

Desde 1984 esta mujer de pequeña estatura y hablar campechano ha sido seleccionada como Vanguardia Nacional de forma consecutiva, condición que, según refiere, pertenece además a quienes la rodean en la casa o el trabajo, porque en ellos encuentra el apoyo necesario para seguir adelante.

“Aquí somos seis obreros y atendemos todos los animales (cerdos, gallinas, conejos) y sembramos la tierra, unas 20 hectáreas dedicadas al cultivo de malanga, yuca, calabaza, maíz, entre otras variedades”.

En el 2005 este módulo agropecuario reportó a la UBPC más de 170 000 pesos, entre ellos alrededor de 50 000 de utilidades por concepto de entregas de más de 15 toneladas de carne y 1 600 quintales de viandas y hortalizas, estas últimas en su mayoría para los centros educacionales y de la Salud en el municipio.

“¿Cómo hacemos para cuidar todo y sembrar a la vez?, si supieras que lo primero es sentirse dueño de lo que producimos. En más de una ocasión he tenido que prenderme con ladrones para impedir que se lleven lo que con tanto esfuerzo logramos, recuerdo cuando agarré a un hombre con un saco de conejos y con dos piedras lo neutralicé para luego llevarlo hasta la policía; otro me amenazó mientras trataba de robarse un saco de yuca y se lo arrebaté de las manos, porque a nadie le podemos permitir que se favorezca sin sacrificio cuando otros doblamos el lomo en la tierra”.

Modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo, calificativos que aparecen como parte del concepto Revolución, expresado por Fidel en mayo del 2000, pero que bien pudieran utilizarse para definir la personalidad de Juana, la única mujer Heroína del Trabajo de la República de Cuba en Sancti Spíritus.

Sobre esa designación ella comenta: “Sólo en Cuba una  puede alcanzar esta condecoración, no sabes lo que sentí cuando me abrazaban las más altas personalidades del Estado, era algo imposible de creer. En ese instante pensé en mi padre, que con sus 85 años cumplidos continúa atado a la tierra y sigue siendo mi ejemplo.

“Y cuando al finalizar el acto nacional por el Primero de Mayo los periodistas extranjeros me abordaron  con varias preguntas les contesté: esto es posible porque tenemos una Revolución que reconoce el esfuerzo de todos, se lo dice una guajira que lo único que ha hecho en su vida es trabajar”.

De la celda a una trampa

De la celda a una trampa

Olga Salanueva, La esposa del luchador antiterrorista cubano considera que los tres años de libertad supervisada resultan "un castigo adicional".

Por : Enrique Ojito Linares

Nunca se creyó Rambo, como lo recordó ante el Tribunal en el 2001; incluso, ni cuando “secuestró” una avioneta para viajar hacia Estados Unidos el 8 de diciembre de 1990, ante la alarma de medio mundo en el Punto Aéreo de San Nicolás de Bari, en la entonces provincia de La Habana.

René González Sehwerert jamás sospechó la historia de silencio y dignidad que protagonizaría como agente de la Seguridad del Estado, cuya primera parte finalizará este 7 de octubre al dejar atrás la última puerta de la Federal Correctional Institution de Marianna, Florida, para ir luego en busca del abrazo tibio de los suyos, coartado hace 13 años por la (in) justicia norteamericana.

Cuando las horas ceban la expectativa por el reencuentro familiar y con los amigos solidarios a favor de la causa de los Cinco luchadores antiterroristas, Escambray dialogó con Olga Salanueva Arango, su  esposa, sin olvidar que a ella las autoridades estadounidenses la privarán de ese instante, y que la jueza Joan Lenard, del Distrito Sur de la Florida, le había impuesto tres años de libertad supervisada a su compañero.

Olga, ¿cómo se entera de la negativa de la jueza de aceptar la moción presentada por René para regresar a Cuba?

En horas de la noche del 16 de septiembre él me sorprende con una llamada: “Quiero que te enteres por mí: la jueza rechazó la moción”. Imagínate; a pesar de que conocíamos que la fiscal se había opuesto a la moción presentada, teníamos la esperanza de que regresara aquí. Teníamos ilusiones, yo quería pintar la casa, Ivette se lo había dicho a todos los niños de la escuela. Irmita tenía planes con su papá, inclusive, estaba haciéndose la idea de tener un hijo; ella ha postergado su maternidad para que su papá esté; recuerda que René se perdió la infancia de sus dos hijas. Todas las ilusiones se vinieron abajo; una vez más nuestros sueños se han destruido por una decisión del imperio.

A partir de ahí hemos tratado de levantarnos, y tenemos todos que adaptarnos a esta nueva situación; una situación muy difícil, por un lado, él estará solo en Estados Unidos, donde corre peligro. Y aunque la jueza dejó una puerta abierta cuando dijo que en el transcurso de la libertad supervisada puede volver a pedir la solicitud, no sabemos cuándo podrá suceder.

¿Qué nos queda? Él vivir allá, donde pueden ir a verlo su papá, su mamá, los hermanos, Irmita e Ivette, cuando les den la visa; pero yo no puedo, a mí me declararon inelegible permanentemente para entrar a Estados Unidos. Esos tres años son un castigo adicional. Una de las razones que exponen es que él, al igual que sus compañeros, constituye un peligro para los EE.UU. Entonces, ¿por qué pretenden dejar el supuesto peligro dentro de su territorio? A nuestros enemigos el odio no se les ha agotado.

¿Quiénes le podrán dar ese primer abrazo a la salida de la cárcel?

Su hermano Roberto y su papá; a su papá le habían dado la visa hace unos meses y no la utilizó porque tenía mucha ilusión de recibir a su hijo y traerlo a casa. Irmita e Ivette también van a estar.

¿Qué les recomendó a ellas?

Nadie sabe cómo me quedo aquí. No es una visita cualquiera a la cárcel, cuando visitaban a René siempre iban acompañadas por personas amigas. Además, no corrían gran peligro; sin embargo, ahora sí están expuestas a todo lo que se pueda formar, a todo ese circo que piensan montar. Les dije que no se dejen provocar. El objetivo de ellas es hacer feliz a su papá, hacerlo sentir un poco como en casa, como en familia.

¿Cuánta desazón e impotencia le asisten por no poder disfrutar de ese instante único?

Tengo muy apretado el corazón, no te lo puedo decir de otra forma. Por una parte, me siento feliz pues Rene (sin acento en la entonación) sale de una vez de esas cuatro paredes; y, por otra, me entristece mucho que no tenga derecho de disfrutar la libertad plenamente. René va de una celda a una trampa; estará en constante peligro, sin ningún familiar, ni siquiera personal especializado. Él va estar “libre” en un lugar donde tiene que buscar dónde vivir, trabajar; estará a expensas de cualquier provocación, de cualquier agresión.

Él quedará dentro de la boca del lobo. ¿Qué será de la vida de René en lo adelante? ¿Dónde vivirá?

Eso no se puede hacer público; tenemos que cuidarlo de alguna manera. Responsabilizamos al gobierno de Estados Unidos por su seguridad, y vamos todos a luchar por sacarlo de ese estado, de apoyarlo anímicamente.

Durante todo este tiempo de encarcelamiento, no pocas personas cercanas a ustedes han quedado en el camino, por ejemplo, su papá. ¿Cómo usted siente en este minuto el aliento de él, quien una vez le dijo: “Hija, está preso; pero no es un traidor”?

Mi papá fue ejemplo para mí de honestidad, de hombre trabajador; me decía que no tuviera odio, que había muchas cosas buenas para estar mirando con odio o guardar un sentimiento oscuro. Esa idea suya me ha encaminado en la vida en las situaciones más difíciles, como esta de ahora.

Los esposas, los hijos y los familiares de los Cinco por lo menos los tenemos a ellos, están vivos. Están ahí, con salud; hay por qué luchar; pero siempre tenemos que mirar a aquellos que han perdido a sus seres queridos; te hablo, por ejemplo, de los hijos y del resto de los familiares de las víctimas del crimen de Barbados.

Usted ha sido madre y padre a la vez.

Ha sido muy difícil, estresante. Cuando René cae preso las niñas estaban muy chiquitas. ¿Cómo le explicaba a Irmita, de seis años, que su papá, que estaba todos los días con ella, de pronto no estaba?; él la llevaba al parque, a la escuela. Fueron no pocas preguntas, otras no me las hizo. Hoy me dice: “Había muchas que yo no te hacía por temor a la respuesta”. Ivette, desde que prácticamente abrió sus ojos, te preguntaba: “¿Quién es mi papá?”. Es duro para cualquier persona conocer a su padre a través de carteles.

A veces a uno le dan ganas de encerrarse en el cuarto y no ver a nadie, y estar ahí leyendo un libro; aunque tampoco me pueda concentrar. Pero, allá afuera están tus hijas y no las puedes convertir en unas amargadas.

¿Qué queda de la Olga de 22 años, que llegó a la vida de René cierto día en una playa, cuando usted laboraba en un departamento de Contabilidad en el entonces Ministerio de Comercio Exterior?

Creo que queda poco (RÍE). Nuestra juventud se ha ido trasladando hacia nuestras hijas; tenemos la suerte de tener hijos y vernos repetidos en ellos. Por eso, pienso tristemente en las que no han tenido ni la oportunidad (Rosa Aurora Freijanes y Adriana Pérez).

Es cierto, hubiésemos disfrutado de nuestras vidas juntos; pero no me arrepiento, porque como dice René, era necesario. Ellos fueron llamados a esa noble misión, otros hubiesen actuado del mismo modo. Es verdad que hemos perdido parte de la juventud; pero, a cambio, hemos ganado prevenir, aunque sea, un atentado; impedir que aumente con otro nombre la larga lista de víctimas del terrorismo. A alguien le debía corresponder y les correspondió a ellos cinco. Al final dices: no soy la profesional que soñé ser; pero nosotras, con mucho honor, les seguimos en la retaguardia.

Luego de tres meses de prisión, en noviembre de 2000 a usted la deportaron hacia Cuba y aquí llegó con un pequeño maletín, solo con las cartas de René. ¿Pensó, entonces, que la lucha por el retorno de los Cinco se dilataría tanto?

Nunca me lo imaginé, ni yo ni el resto de los familiares. Primero pensamos que el juicio iba a comenzar antes y durar poco tiempo. Tomamos fuerzas cuando vimos que la Defensa lo ganó técnicamente. Poco a poco vimos cómo los declararon culpables; ese diciembre del 2001 fue un duro golpe para todos. Los abogados nos dijeron que había un camino por seguir, estaba la apelación. Empezó la solidaridad, a crearse esta gran ola que existe hoy, que aún no es suficiente; pero existe… Nos dan otro golpe, nos estremecemos porque somos seres humanos, y volvemos a tomar fuerzas, sobre todo de la que emana de ellos mismos que han sufrido todo este ensañamiento político. Cuando vamos a ver ya han pasado 13 años y me pregunto: ¿13 años? Pero, de pronto miro hacia el lado y veo a Ivette, que ya tiene más estatura que yo. Ivette marca la edad de la injusticia; ella tenía cuatro meses y medio al caer preso René.

Él terminó su sentencia ahora; sin embargo, pensemos siempre que hay uno que no tiene fecha de salida: Gerardo. Por eso, tenemos que incrementar nuestras denuncias. Por Gerardo y por todos, no nos cansemos en la batalla.

René debe convertirse en un puntal en la lucha por el regreso de sus hermanos. ¿Le permiten, legalmente, involucrarse en dicho propósito?

En días próximos va a tener una entrevista en una oficina de Probatorio; ahí le leerán todas las condiciones, las generales las conocemos, como la de no acercarse a o visitar lugares específicos donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos terroristas; de hecho, una cuestión absurda. Las condiciones particulares están por ser establecidas, no sabemos si puede emitir mensajes, dar conferencias, no sabemos cuál será su radio de acción. Ahora bien, él está convencido de que sale de la cárcel; pero no a disfrutar la libertad. Le hace falta a sus hermanos, y mucho.

 

Mujeres de campo y sol

Mujeres de campo y sol

Sencillas, de mucha acción y con una delicadeza que denota ternura a pesar del trabajo duro que realizan, las ocho mujeres integrantes de la brigada de viveros, perteneciente a la Unidad Silvícola Cacahual, única de su tipo en el municipio de Sancti Spíritus, asumen cada día el reto de su labor, movidas por una pasión casi nunca percibida en otros frentes donde el desempeño se torna más fácil.

Sentadas sobre el suelo liso y limpio, en medio de los cercados llamados alfombra, que en breve se convertirán en canteros repletos de posturas, llenan miles de bolsas por jornada, en una posición incómoda pero necesaria, porque permite colocarlas en hileras y, a su vez, utilizar la pequeña pala para llenarlas de tierra.

A un costado llama la atención el parabán que de forma artesanal fue construido por José Luis, carpintero de la brigada, para protegerlas de los rayos del sol que pasadas las nueve de la mañana ya empiezan a acariciar sus rostros. Ellas usan un atuendo, similar al de las residentes en países árabes, pero siempre el astro mayor deja su huella.

La luz del día las sorprende en medio del campo. Es el momento de conformar el vivero; antes, se seleccionó el terreno, esta vez distante a unos 2 kilómetros del asentamiento del Entronque de Guasimal, sitio donde residen casi todas las integrantes del colectivo.Olga Lidia Pérez García, la jefa de brigada, resume en pocas palabras el quehacer cotidiano: “Nos ocupamos de aviverar distintos tipos de plantas para entregarlas a los grupos de reforestación de la Empresa Forestal Integral, los cuales se dedican a restablecer la vegetación de las cuencas en ríos y presas, o crear fincas forestales y ecológicas, según corresponda.“Seis hombres nos apoya en el acondicionamiento del terreno -agrega- primero chapean el marabú, aran, cruzan, bulldocean, nivelan el lugar y hacen los cordones de tierra en los alrededores, la misma que después ciernen y depositan en las alfombras para utilizarla en el llenado de las bolsas”.

Durante esa primera etapa, las mujeres salen a los montes en busca de semillas de variedades maderables y frutales, las seleccionan, procesan y almacenan para luego emplearlas en la reproducción.Miriam Ogando González, de 31 años, es una de las que  más reporta en el llenado de bolsas, unas 3 000 por jornada. Al acercarnos a ella que apenas levanta la vista del suelo sobre el cual permanece sentada, observamos la destreza que mantiene con la pequeña pala.

A diferencia de las demás conforma varias hileras de una vez y se desliza suavemente por la tierra para ganar el espacio perdido.“¿Que cómo me las arreglo con mi pequeño hijo? Muy fácil -dice-, cuento con la ayuda de mi hermana que lo cuida para yo venir al campo, comenzamos temprano y no perdemos tiempo; luego, al llegar a la casa agradezco cada día las ollas que el Comandante nos envió, porque es un gran alivio para nosotras las trabajadoras”.

Ante la mirada de Idolidia, la más destacada de la brigada, tratamos de encontrar una respuesta a su integralidad, a su consagración. Después de apreciar los movimientos y la forma constante de ejecutar cada paso del trabajo, supimos del amor que siente por las plantas.“Disfruto siempre que veo brotar la ramita dentro de la bolsa, sigo su evolución hasta el final, algunas veces cuando ya están crecidas me deleito mirándolas a los lejos y las imagino grandes, frondosas en cualquier lugar”, expresa sin temor esta mujer de 53 años.

En marzo se inicia la siembra, porque es el mes apropiado; más tarde vienen los procesos culturales, el escarde, riego, la selección… Las posturas son muy delicadas, como bien dice Olga Lidia, pero cuentan con la asesoría  de un experimentado técnico forestal, Noel González, quien lleva más de 20 años en esta misma actividad.

El año anterior 310 000 posturas de majagua, cedro, caoba de Hondura, caoba africana, bienvestido, algarrobo indio, macacia, chirimoya, pera, manzana y guayaba crecieron gracias al empeño y la dedicación de estas mujeres, quienes, según refieren, cuentan con las  condiciones necesarias para realizar su labor y reconocen las atenciones que les brinda la empresa a la cual se subordinan.

Cerca del río Cayajaná, principal fuente de agua utilizada en el riego de las plantas, se forma una vez más el vivero de la Forestal en Sancti Spíritus por espacio de tres años permanecerá en el mismo lugar, hasta tanto se agote la tierra removida. Después irán al anterior sitio donde ya la capa vegetal recuperó sus nutrientes y puede ser utilizada nuevamente.

Horas de infinito quehacer rondan a las ocho mujeres de la brigada; empeños por cumplir salen junto a ellas cada día para el campo. Mientras trabajan sobre el suelo negro, comentan el último capítulo de la telenovela de turno, hablan del hijo que dejaron en casa o del estímulo que recibieron por ser destacadas en la emulación. La motivación está presente, mucho más ahora, con el aumento de sus salarios básicos y las nuevas formas de pago que se aplican según los resultados productivos por área.

El Sol en lo alto del cielo anuncia la llegada del almuerzo. Todas necesitan un receso porque sus espaldas están tensas después de la faena rendida; los hombres sueltan las palas y las carretillas cargadas de tierra y hasta Luis, el carpintero que les construyó un baño y un pequeño cuarto para guardar los implementos, se apresura en bajar del palo para sumarse al descanso, a la sombra de árbol gigante que creció a la orilla del camino. (Fotos: Vicente Brito) 

De tú a tú con Emilia Morales

De tú a tú con Emilia Morales

EN EXCLUSIVA PARA ESCAMBRAY, REVELA DETALLES DE SU FORMACION Y DESARROLLO EN ESTE PUEBLO QUE LA VIO NACER.  LA  POPULAR INTERPETRE DE LA CANCIONISTICA CUBANA HA PUESTO BIEN EN ALTO EL NOMBRE DE CUBA Y DE SANCTI SPIRITUS EN DIVERSOS ESCENARIOS DEL MUNDO.

Quien la ve ahora vestida de lujo, con el maquillaje perfecto, la voz educada y rodeada de grandes estrellas de la cancionística cubana, no puede imaginar que sus inicios fueron en monte adentro. De su familia, todos músicos empíricos, heredó el don de cantar: "Ellos tenían un septeto tradicional en Natividad con mi abuelo, unos tíos, mi mamá que hacía la segunda voz y una prima de ella.

 Ese alimento cultural lo llevo dentro desde muy  niña. Cuando los visitaba, me incorporaban al grupo y me decían: Las maracas se tocan así... las claves de esta forma."Emilia Morales Palmero nació en Sancti Spíritus el 27 de julio de 1959, su infancia transcurrió en la calle Céspedes, rodeada de hermanos y amigos. En la Escuela Elemental de Música comenzó sus estudios relacionados con el arte.

 "Mis primeros profesores de Apreciación Musical y de Canto Coral  fueron Juan Enrique y Lourdes Caro, a ellos le debo gran parte de lo que soy hoy."Junto a Maricel Yero y Luisa Dorta formó el trío Batalla de la Sacra, el cual, al decir de esta popular cantante, fue como la continuidad de la tradición trovadoresca en Sancti Spiritus. Llevaba el nombre de la ESBEC donde estudiaban, luego se llamó Las Mariana y cuando representaron a la provincia en el Primer Festival de la Canción Política,  en Varadero,  junto a los grandes de la trova en Cuba, como Sara González, Pablo Milanés, el grupo Manguaré, entre otros, Noel Nicola y Silvio les proponen cambiarle el nombre por el de trío Tesis Tres, en homenaje a  las tres tesis de la mujer.

¿Cuándo te decides a estudiar canto?

"No era mi intención continuar con la música, porque no me sentía bien definida, me gustaba la Psicología. Finalizando el preuniversitario llega la convocatoria para el Instituto Superior de Arte, me presento a los exámenes de actuación, y al salir se me acerca Suárez del Villar, que en estos momentos es el Decano de la Facultad de Artes Escénicas de La Habana, y me pide que realice las pruebas de canto. Los requisitos  eran muy rigurosos, había que cantar una ópera, una zarzuela; en fin, algo de la  lírica. Yo me paro y le digo al jurado que no podía hacerlo  porque no contaba con los conocimientos necesarios, en cambio les propongo un tema trovadoresco, e interpreto Pensamiento. A los pocos meses me informan que  obtuve la única beca del país para estudiar Licenciatura en Música, en la especialidad de Canto."

¿Qué fue para Emilia la Universidad? 

"Una experiencia increíble, cinco años que los dediqué a cultivarme porque uno llega allí con otro mundo, te das cuenta de que te falta desarrollo cultural. A partir de entonces fue mucho estudio. Mi carrera era todo lírico, que incluía cuatro años de teatro, danza, maquillaje, entre otras asignaturas. El tiempo que estuve becada lo dediqué a prepararme. Asistí a  todos los grandes conciertos, desde los de la Sinfónica hasta los de música popular, visité galerías, museos, en fin, cualquier espectáculo para mí era importante. Fue una etapa de mucho esfuerzo pero siempre conté con el apoyo de compañeros, amigos y profesores inolvidables como Ramón Calzadilla, Ramón Esprinte, Harold Gramatges, Loyola. Terminé con un recital que me montó Zenaida Castro Romeu con un cuarteto de cuerdas, hicimos música lírica y un ciclo de afro. Al finalizar me seleccionaron la alumna más destacada integralmente de la Facultad."

¿Realidad después de graduada?

"La teoría es importante pero la práctica también lo es, y uno debe unir las dos cosas. Mis primeros pasos en la vida laboral fueron seis meses con un guitarrista haciendo canciones de la trova, como trabajadora de la empresa Adolfo Guzmán. Entonces me presenté a una convocatoria que lanzaron para dar promoción a jóvenes recién graduados en el cabaré Parisién. Andrés Gutiérrez, uno de los  coreógrafos más famosos de Cuba, era el  responsable. Me acepta y monta un espectáculo de una semana, nos presentábamos todas las noches frente a directores artísticos que buscaban talentos. Allí hice de todo, tríos, dúos, hasta bailé. A los pocos días comienzan a llamarme de todas partes: del Internacional de Varadero, La Cueva del Pirata, para un homenaje a Piloto y Vera con las grandes estrellas como Elena Burque, Omara Portuondo. Recuerdo que en el Salón Rojo del Capri, el primer lugar que se abrió sólo para boleros, Lino Borges, Rita Gil y Fernando Alvarez me ayudaron mucho y me decían:  no tienes que utilizar tanto la voz, canta un poquito más suave..." 

Su primera experiencia ante un público internacional  fue en Hungría, cuando representó a Cuba, América Latina y el Caribe en el Festival de la Radio y la Televisión. Allí compartió la escena con artistas de una vasta experiencia en Sopot y otros eventos celebrados en Europa y alcanzó tres grandes premios (segundo lugar del Festival, el de la popularidad y el tercero de la crítica). Es iniciadora de los Festivales Internacionales de Habanera, donde ha actuado en 10 ocasiones, adjudicándose diversos reconocimientos en ellos.

¿Principales momentos de tu carrera?

"Durante todos estos años he renovado constantemente mi repertorio, sin dejar la esencia de la música cubana. Más de 30 giras internacionales se inscriben en mi trayectoria como cantante. No me gusta hablar de esto porque puedo parecer inmodesta, pero sería bueno que mi pueblo, Sancti Spíritus, conozca que donde quiera que esté pondré bien en alto su nombre. A Canadá lo visité 11 veces. Fui la primera artista cubana que cantó junto a Luis Medina, el gran concertista y guitarrista,  en el parlamento canadiense frente al Primer Ministro de ese país y a otros 160 invitados.

"He llevado mi música a muchos países. Con Carlos Ruiz de la Tejera participé en un encuentro de publicistas latinoamericanos en el Uruguay, también estuve en Argentina con el espectáculo titulado Canto, Amor y Vida, y en el mes de junio del pasado año  el MINREX me invita para una jornada que por vez primera se hacía por el natalicio del Che; trabajé en más de ocho ciudades de ese país".

Otros eventos internacionales han contado con las interpretaciones de Emilia  Morales: en Alemania, como artista invitada por el ya fallecido Frank Emilio, con Buenavista Social Club; en España, y por último, en el  Festival de Habaneras donde obtuvo el premio único de la interpretación.

"Actualmente actúo en "Dos Gardenias", junto a María Elena Pena, Beatriz Márquez, Lino Borges, y aunque mi repertorio está basado en la  música de la cancionística cubana, no pueden pasar dos semanas sin que interprete temas de la trova espirituana: Herminia, Pensamiento, Mujer Perjura, que son conocidos por este pueblo, pero a nivel nacional no tienen esa promoción. Allí me los piden y luego tengo que hablar de sus autores y de la historia que rodea a estas bellísimas canciones."

¿Consideras correcta la difusión por los medios?

"No aparezco con frecuencia en la Televisión, aunque cuando me llaman allí estoy. En la radio sucede diferente. En Progreso, Rebelde,... me dan bastante difusión y la prensa escrita también.

"Luego de siete años de ausencia, ¿qué te pareció Sancti Spiritus?

"Mi primera impresión fue ver cuánto ha evolucionado desde el punto de vista social, cómo se rescatan las viejas edificaciones. Es increíble encontrarse con un movimiento cultural tan fuerte, los tríos que identifican la ciudad. En la sede de la UNEAC, organización de la cual soy miembro,  compartí con viejos amigos de la infancia, mis primeros profesores, vecinos del barrio en la calle Céspedes. Por eso los llevo siempre en mi corazón, porque aquí nací y me formé como músico, igual que una semilla que germinó, creció y se desarrolló entre las calles empedradas, esto lo tengo bien presente y donde quiera que esté seguiré siendo por siempre espirituana."Foto: (propiedad de la familia Morales)

Los conejos de María

Los conejos de María

La jubilación la sorprende a los 57 años con un cúmulo de obligaciones laborales; inversiones e implantación de nuevas tecnologías eran metas logradas. Sus sueños de 35 años al frente del Banco de Crédito y Comercio en Jatibonico quedaron en manos de otros jóvenes muy bien preparados;, entonces llegó el momento del descanso y María Lorenzo González se fue a casa.

Poco después comenzó el interés por hacer algo que le permitiera emplear el tiempo libre, nada extraño si se trata de una mujer con fuerzas suficientes como para continuar su vida vinculada a otra actividad.

La cría de gallinas y cerdos le abrieron el camino de la Agricultura Urbana en busca de un sustento económico adicional. En su patio rodeado de árboles frutales y plantas ornamentales creó condiciones para iniciarse en este mundo; pero la variante ganó mayor aceptación cuando en el año 2000 adquirió una pareja de conejos con los cuales se iniciaba en el mundo de cunicultura familiar.

“A mi esposo Heriberto Barrameda la idea le pareció excelente, con su ayuda construimos las jaulas rústicas para depositar las reproductoras y los demás ejemplares, hemos aprendido a cuidarlos, alimentarlos, observarlos para detectar cualquier enfermedad y, sobre todo, cómo manejar esta masa que reporta buenos dividendos, pero requiere de atenciones especiales.

“La higiene, por ejemplo, es vital en este tipo de cría, nos levantamos temprano y comenzamos la limpieza de las conejeras, el cambio de agua, el suministro de alimento, en ese caso mi esposo y hasta mi hijo buscan hierba fresca por los alrededores del pueblo, a veces a kilómetros de distancia; el bejuquillo de la caña, piñón, canutillo, bejuco de boniato son algunas de las preferidas por los animales”.

Insertado en uno de los subprogramas de la Agricultura Urbana, el patio de María se vincula también a un establecimiento de ganado menor en la provincia, a través del cual reciben atenciones técnicas y garantizan la comercialización, basada en el intercambio de 5 kilogramos de pienso por cada kilogramo de carne acopiado.

“Nunca imaginé que mi vida, dedicada a la dirección, los números y las estadísticas, fuera a dar un vuelco de esta manera; gracias a Enrique Ortega Sotolongo, el coordinador del proyecto Cunicultura de Traspatio en Jatibonico, hemos podido aprender todo lo que sabemos sobre la especie, él nos facilita bibliografía relacionada con la reproducción, supervivencia, tipos de enfermedades y alimentación y motiva a las familias de la cabecera municipal para que se vinculen a la cunicultura, por ejemplo, otras cinco mujeres de la delegación de base Celia Sánchez Manduley de la FMC, a la cual pertenezco, están insertadas a esta actividad”.

La criadora de conejos garantiza igualmente la entrega de ejemplares con fines investigativos para la producción de vacunas, a través del Laboratorio Biológico Farmacéutico (LABIOFAM) de Sancti Spíritus y la venta de carne en frontera.Con sus 65 años, María no deja a un lado las aspiraciones de seguir adelante en cualquier tarea.

Ella y Heriberto, su compañero de tantos años, se graduaron en el primer curso de la Cátedra del Adulto Mayor, asisten con sistematicidad al Círculo de Abuelos que funciona en el combinado del INDER y apoyan las labores de la FMC y los CDR, entre muchas otras ocupaciones. (Foto: Vicente Brito) 

Con Cuba en el corazón

Con Cuba en el corazón Los gestos y las frases cargadas de ternura la acompañan durante todo el diálogo. En su rostro una sonrisa amistosa delata el amor que Wendy Stevenson, residente en Canadá, siente por Cuba.Su interés por conocer de cerca la realidad de la isla, de compartir con la gente en las calles, en cada lugar, propició el acercamiento con la cantante espirituana Emilia Morales, quien a inicios de los 90 representó a nuestro país, como parte de una brigada artística en Montreal, donde actuó para recaudar fondos destinados a ayudar a los desempleados canadienses.   El encuentro desembocó en una entrañable amistad y en 1991 Wendy llega a La Habana por vez primera. Desde entonces, cada año este ha sido su destino en vacaciones.    ¿Qué hallas en Cuba?    Un profundo orgullo, la dignidad del pueblo que, aun con limitaciones para adquirir productos y otros bienes a causa del bloqueo a que está sometido, manifiesta un amor muy grande por su Patria, esa idea y ese compromiso con su país y su líder los mantiene fuertes, los mantiene firmes.   No me considero nadie especial, soy simplemente una admiradora de Cuba desde los años 60, cuando realizaba junto a unos amigos trabajos de solidaridad por su causa, por esta Revolución naciente, pero en esa etapa no contaba con los medios necesarios para viajar hasta acá. Aunque siempre me interesó saberlo todo: la aceptación de esta política, el comportamiento de su gente.    Como integrante de un movimiento que se denominó Justicia por Cuba, nos encargábamos de recibir el periódico Granma y luego enviarlo por correo hasta los Estados Unidos, violando las prohibiciones de entradas de publicaciones cubanas, eso lo hicimos durante años hasta que cambiamos nuestros intereses para Nicaragua, donde se gestaba el Frente Sandinista y luego a El Salvador.   ¿Cuando estás en tu país sientes el mismo orgullo por los cubanos?    Hace algunos meses leía un trabajo en Internet relacionado con un programa de preparación para tiempos especiales en una ciudad cercana a San Francisco, en los Estados Unidos, en el que se manejaba la idea de crear pequeñas comunidades donde los habitantes pudieran adquirir lo necesario, sin utilizar tantos automóviles y combustible, algo así como tratar de disminuir la contaminación ambiental. Allí ponían el ejemplo de Cuba con sus huertos intensivos, surgidos en los años de mayores limitaciones para la obtención de hortalizas frescas y eso me llenó de orgullo porque yo conozco esta realidad y se cómo los de aquí acuden a los huertos, muchas veces construidos cerca de sus casas.    Siempre que viajo a esta isla trato de escribir artículos que luego publican en un boletín informativo de mi sindicato. Después mis compañeros preguntan de todo, porque desconocen y simplemente quieren saber más y más; algunos, incluso, ya han venido como turistas y se van muy impresionados por la forma de ser de los cubanos, el calor humano de este pueblo, por la sencillez y la manera de defender lo que ya  tienen conquistado.     ¿Has viajado a otros países?, ¿cómo interpretas sus realidades?   Estuve algunas veces en América Central (1981 y 1987), en otro momento hice unas prácticas de mis estudios sobre agricultura tropical en El Salvador, pero resulta tan difícil ver a niños de ocho años pidiendo dinero a las diez de la noche sobre un autobús. Eso no sucede aquí, ustedes los cubanos son privilegiados porque sus hijos cuentan con facilidades de salud, reciben una correcta educación y todo lo que necesitan, es lo que precisan entender otros para que podamos cambiar el mundo.    Cuando miro la indiferencia de los poderosos, la pobreza del Sur, la falta de comunicación entre los del Norte, cuando percibo la crudeza de las guerras y el suplicio que sufre Iraq, que ha vuelto a muchos un tanto pesimistas, entonces busco en las realidades de Cuba y también de Venezuela y me digo: al menos existen unos capaces de hablar la verdad, eso nos da fuerza para continuar creyendo que los cambios para bien pueden ser posibles.    Wendy calla por un instante, después sonríe y cambia el curso de la conversación. Otros temas como el del medio ambiente ocupan espacio en este intercambio, pero sus palabras finales dejan claro la pasión que desde hace años la convirtió en una amiga incondicional: “Ustedes los cubanos son como una luz que iluminará por siempre al resto de los países, por eso los quiero y los llevo en mi corazón”.                

Mujer artesana

Mujer artesana

Los rizos del cabello negro interrumpen la mirada mientras amasa suavemente la pelota de fango, la envuelve, la estira de un lado a otro, moja sus manos en el agua y desliza los dedos con destreza; el barro cobra forma.

En minutos termina una vasija. La rueda del torno gira impulsada por uno de sus pies, y otra vez inicia el proceso para hacer un jarrón o un pozuelo, cualquier objeto que invada la mente de esta creadora: Neidis Mesa Santander, la única mujer alfarera de su familia.

Su vocación es como una herencia, pero quien aprecia las muestras que en materia de alfarería hacen en Trinidad siempre piensa en los Santander, continuadores de una tradición que se remonta a la época de la colonia. Desde entonces, de padre a hijos y de hijos a nietos crece el amor por el oficio devenido arte. Neidis, como parte de la quinta generación, es uno de esos ejemplos.

 “Un día vinieron preguntando por mí unos periodistas de la revista Bohemia, era apenas una niña y querían verme trabajar –comenta- me hicieron muchas preguntas y luego moldeé figuras ante ellos, poco después aparecí con foto y todo en esa publicación”.

A los cinco años aprendió las técnicas elementales de esta labor, frente a su casa, en lo que ella misma llama el Taller Grande, hoy El Alfarero, perteneciente a la Empresa de Producciones Varias del sureño municipio. Miraba a los hombres que con el despuntar del día comenzaban a amasar aquellas enormes pelotas de fango y como por arte de magia las convertían en irrepetibles jarrones, ánforas, porrones o cualquier otro objeto.

 

“Me entretenía viendo en plena faena a mi abuelo Rogelio, que con sus manos grandes y quebradas abarcaba las mías mientras me explicaba cómo hacerlo. Y sin pensarlo mucho subí al torno, uno de mis tíos le dio vueltas a la rueda porque no alcanzaba y nunca más me separé de ese equipo. El interés crecía cada día; cuando llegaba de las clases conformaba peces, mariposas, jarroncitos y macetas pequeñitas, luego las regalaba a mis amigos del aula.

“Al igual que yo mi abuelo vivía enamorado del barro, por eso trabajó hasta sus últimos días, no podía desprenderse de él; pero dejó un legado de enseñanzas que todos sus continuadores, desde Oscar, Azariel y Daniel, hasta los más jóvenes les agradecemos”.

Neidis inició una nueva modalidad que rompe, en tanto, con la tradición de los Santander: la realización de murales para ambientar patios interiores, espacios en casas coloniales, lobbies de hoteles o paredes en instalaciones turísticas.

“Con esta variación artística dentro de la alfarería incorporo a mi obra un estilo más creativo y contemporáneo dependiente de un reflejo vivo de la naturaleza, que influye mucho en mí; las plantas, los animales y mi ciudad con sus plazas, iglesias y calles. Nadie sabe hasta dónde esta villa está presente en mis trabajos”.

Al padre le agradece también parte de su formación y aunque él no es descendiente de la conocida familia sino la madre, le transmite varios conocimientos sobre la cerámica y las mezclas de arcilla, esmaltes y pigmentos que devienen colores utilizados en la decoración final, o en el rescate de la técnica del bruñido, muy de moda por estos tiempos en creaciones europeas y aplicada aquí por sus antepasados.

Para su hija construyó un torno y un horno de leña en el patio de la casa. Allí, en un ambiente muy acogedor, Neidis confecciona figuras y piezas de increíble calidad y belleza, y no pierde la costumbre de obsequiar alguna a quienes la visitan.

“Desde el 94 formo parte de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas de Cuba (ACAA) vinculada directamente al Fondo Cubano de Bienes Culturales. La creación está presente en todo momento porque siempre espero obtener obras que espiritualmente me aporten algo y trato de incorporar a mi trabajo todos los conocimientos aprendidos, fundamentalmente los de pintura, la cual utilizo como un recurso necesario dentro de la alfarería”.

Varias exposiciones colectivas y personales realizadas en el Museo Romántico de Trinidad u otras instituciones culturales han sido testigo del quehacer artístico de esta joven, quien además tiene el privilegio de haber representado a la provincia en todas las ediciones de la Feria Internacional de Artesanía desarrolladas en Cuba.